Hace poco tiempo atrás estando muy lejos de casa en un lugar que
me resultaba demasiado extraño busqué el libro “Mental Gym”
de Tom Wujec para obsequiárselo a una persona muy especial para
mi, me fue difícil encontrarlo cuando al final lo hallé busqué
un párrafo en él sobre un ejercicio mental y lo leí...
este es el problema: es usted un naufrago que ha llegado milagrosamente
a la playa de una isla de caníbales, estos lo encuentran y lo llevan
ante el jefe de la tribu, este le plantea un problema que deberá
resolver para salvar su vida, debe determinar con exactitud nueve minutos,
para ello le proporcionan dos relojes de arena uno de cuatro minutos y
otro de siete, el jefe le da los relojes y ordena EMPIECE AHORA MISMO!.
pues bien parece un problema de ingenio cualquiera y uno comienza a analizar
con tranquilidad como habitualmente lo hace, cuando el jefe de la tribu
ordena “empiece ahora mismo” está hablando muy en serio y los segundos
o minutos que uno esta desperdiciando en analizar el problema también
cuentan, es necesario actuar YA MISMO para tener oportunidad de determinar
los nueve minutos antes de que estos transcurran! Le he planteado el problema
a personas de veras inteligentes y ninguno logró solucionarlo antes
de los nueve minutos, nadie pudo hacerlo! el problema no tiene truco alguno,
tiene además de solución una enseñanza, los
problemas de la vida real son tan dramáticos y complejos como este
que parece difícil pero una vez hallada la solución uno dice:
pero que tonto! como no me di cuenta antes! pero seguro que los nueve minutos
ya han transcurrido hace rato! la vida real al igual que el jefe caníbal
no espera a que uno resuelva el problema si no puede hacerlo antes de los
nueve minutos da lo mismo que lo resuelva o no ya que será demasiado
tarde, lo curioso de esta anécdota es que mientras leía el
problema del libro y comentaba lo que acabo de explicar, en la vida real
se estaba planteando el mismísimo problema! es más mis palabras
estaban siendo dirigidas hacia “el jefe de la tribu” alcanzaba a estar
consciente de todo eso! sin embargo a pesar de pensar y pensar con todas
mis fuerzas no halle la solución del problema antes de los nueve
minutos! que formidable paradoja! Para resolver esta clase
de problemas es necesario actuar por instinto, no hay tiempo para detenerse
a pensar, cada segundo cuenta, así que cuando uno tiene en las manos
los relojes de arena debe darlos vuelta de inmediato (acto irreflexivo
pero acertado) y luego pensar contra reloj cual será el próximo
acto, incluso se puede llegar a la solución sin pensar demasiado,
solo actuando por instinto... que locura no? para solucionar este problema
de vida o muerte lo mejor es actuar y después pensar... Me dolió
demasiado que me comieran los caníbales en esa ocasión, yo
hasta ese momento creía tener una mente abierta, y si bien en términos
relativos lo era bastante, esa apertura era insuficiente para resolver
el problema, erróneamente me solazaba en contemplar el fastuoso
panorama que se observa desde lo alto de la propia mente abierta casi sin
actuar conforme a ella, sino mas bien de acuerdo a lo que uno está
acostumbrado...pues bien uno se halla demasiado mal acostumbrado a dar
por obvio lo que no necesariamente lo es, una de las tantas cosas que hace
todo el mundo y que a la vez está MAL aun sin ser una persona común
y corriente, la mayoría de mis errores son los propios de una persona
común y corriente, o sea que aun no he aprendido lo suficiente como
par que entre un tipo promedio y yo exista una diferencia notable a simple
vista.
Desde muy chicos nos han enseñado a pensar de una manera que nos
auto limita. Nos enseñan a ser prolíficos en el desarrollo
de la lógica inductiva, que ciertamente se quiebra, está
llena de grietas y conduce a errores grotescos, por ejemplo si un tipo
cualquiera camina como puto, habla como puto, gesticula como puto ¿que
es? es un puto! contestará la mayoría muy suelta de cuerpo,
sin embargo no necesariamente el individuo es puto porque lo parezca externamente,
no hay indicio certero alguno, como se diría en matemática
no está la condición necesaria y suficiente, sin embargo
uno se ve seducido por la lógica inductiva, da por cierto lo que
es completamente dudoso y duda de lo que es evidente... Es como afirmar
que el teorema de Pitagoras es falso porque la raíz cuadrada de
dos no es un número racional y no puede haber números irracionales
sin embargo la realidad va mas allá de cualquier discusión
bizantina; en fin algunos torpes como yo necesitamos comer tierra para
volver a aprender lo que ya sabíamos.
La paradoja de Russel tiene una cierta belleza en si misma, como la cinta
de Möbius, las paradojas producen una fascinación y no es bueno
dejarse seducir por ellas ya que acabará justamente dando vueltas
en una cinta de Möbius como Bertand Russel en esa visión de
si mismo sentado frente al papel, lápiz en mano discurriendo sobre
su propia paradoja, sin encontrarle solución, encerrado en si mismo,
dejando pasar el tiempo instante tras instante, día tras día,
desperdiciando miserablemente el tiempo...
Quien escribe un poema debe hallarse en una postura mental muy distinta
a la del razonamieto puro y frío, pero lo mejor del caso es que
uno tiene capacidad de practicar el pensamiento cartesiano y el poético
sin perder la cabeza
En definitiva tener una mente abierta es una práctica arriesgada,
uno va mas allá de donde está acostumbrado a transitar, lejos
de lo que es seguro, sin garantías de ningún tipo, avanza
por parajes nunca antes vistos, el propio interior es un basto universo,
la gente común de seguro no tardará en murmurar que uno es
un demente, y en rigor de verdad esa posibilidad está latente en
cada paso, ese es el riesgo, sin embargo sin que haya una razón
que lo justifique, estoy convencido que además de simplemente contemplar
el paisaje desde una mente abierta,(que ciertamente puede ser muy bello)
es mejor aún transitarlo y arriesgarse por propia cuenta por donde
nunca antes ha ido...dejarse conducir por al propia esencia... actuar por
instinto, de corazón, desde el alma y a la vez no acallar a la mente
es algo así como una locura consiente, saboreada con lentitud...
esta es la forma en la que quiero ser cada vez mas demente.