Hechizo que me transporta
a aquel Universo
donde sin aire respiro flotando cual pluma,
y de plebeyo me conviertes en noble.
Enorme pupila por donde habla tu alma,
susurrándome en destellos de cristalina gracia,
maravillas que sólo el espíritu contempla.
Profunda mirada que absorbe mi ser,
sereno abismo que en los labios me besa.
Chispeante aroma sutil bailando ante mí,
ingenuo fantasma de tu presencia.
Caricia sin tiempo en tu piel de ángel,
eterno instante que acaba demasiado pronto.
Suave melodía penetrante como el viento
que en singulares tonos tu risa engendra.
Acelerado y fuerte galope del corazón,
que de súbito corre por ti en un segundo.
Alegría inmensa que me regalas sin causa,
envuelta en pliegues de bella ternura.
Lenta gota de amor que temblando al caer,
en ondas de fino esplendor al estanque reboza.
Incansable búsqueda de quimeras
del famoso elixir de la vida eterna
bálsamo que sin saberlo eres tú.
Poesía es magia que a las palabras embruja
para poder expresar lo que significa amarte.
A ese poema lo escribí yo! tal como diría un gran poeta,
sin embargo yo no me considero poeta, si bien he escrito algunos poemas,
no me dedico a ello así que en mejor de los casos otorgando mucha
benevolencia solo soy un poeta esporádico
Hace tiempo atrás no escribía nada, ni si quiera cartas,
cuando lo hacia era muy breve y por ejemplo una típica carta mía
decía mas o menos esto: “Hola , aquí estoy escribiéndote
esta carta, escribo con letra grande para llenar la hoja ya que no se me
ocurre quemas decir...” pero luego vino el cambio, hice un pacto con mi
ex novia, seriamos “amigos” a condición de que jamás hablara
de mis sentimientos hacia ella, no pensé que me fuera a costar tanto!
hablaba de cualquier cosa pero de lo único de lo que en verdad me
interesaba hablar era precisamente de lo que estaba prohibido, así
que en las noches no podía dormir, entonces me levantaba y escribía
cartas expresando mis sentimientos, cartas inconclusas todas que no iban
a ningún lado... dada las condiciones del pacto se me hacía
insostenible la situación y finalmente la amistad también
sucumbió, a lo cual sobrevino una profunda depresión, encontré
en mi redacción una forma de desahogo, escribía casi como
una necesidad compulsiva, algunas amigas me aconsejaron que concurriera
a un taller literario, me pareció buena idea y así lo hice,
en ese taller aprendí mucho mas de lo que me había imaginado,
entre tantas cosas me enteré que soy un becqueriano, me sorprendió
ya que nunca había leído a Gustavo Adolfo Bécquer
(típico en un técnico en electrónica) pero mas fue
mi sorpresa cuando lo leí y me sentía identificado en algunos
de sus versos como si yo mismo lo hubiere escrito, con la gran salvedad
de que no soy un poeta genial por supuesto, tanto me identificaba con los
poemas Becquer que logró inhibirme, cuando quería escribir
un poema ya había uno de él mejor que el mío, incluso
había tomado como propio parte de su ideolecto, y me parecía
que al expresarme lo estaba plagiando, y eso es exactamente lo último
que querría hacer con mi gran maestro de poesía, en este
poema se nota lo que acabo de explicar...
Las partículas del aire oscurecen
se aproxima lenta la noche . . .
En el lejano azul del horizonte
late una pequeña estrella,
al instante su fulgor me toca
cual varita de hada,
de brujita buena.
Asoman en mi becquerianas ideas
de la incorpórea belleza,
del sentimiento y la poesía.
Hermosos versos ajenos
juguetean locos entre si
flotando sin rumbo en mi mente.
Cierro los ojos y veo los tuyos
sutiles entreabiertos, mirándome . . .
Una suave brisa exhala suspiros
pincela pliegues en mi rostro
florece en mi tenue sonrisa . . .
Mas aunque no estás aquí
y tu presencia aun no tengo,
poseo algo precioso y mágico,
es ese elixir anegando la copa,
que lo bebo hasta la ebriedad,
más el cáliz sigue allí,
inmutable, rebosante siempre,
de la inmensa e inagotable alegría,
que generosa decidiste regalarme,
desde que el azar quiso
que tu corazón me mirara.
Existe
una gran tentación en la literatura, uno puede hallar placer al
expresarse y ver como va mejorando en precisión y belleza, se puede
uno perder en el solaz de las palabras y embriagarse de ellas olvidando
que las palabras son sólo símbolos, puede uno solito encerrarse
dentro de una botella... escribiendo y leyendo nada mas, para escapar de
la realidad, construyendo una realidad mas pequeña... una realidad
simbólica, es algo así como encriptarse dentro del poema
que uno mismo ha escrito. Esto es una formidable excusa para justificar
la vagancia de leer o escribir, yo en particular muchas veces no escribo
ni leo de puro vago atorrante, sin embargo algunas pocas veces me detuve
sobretodo de estar escribiendo como loco horas y horas a causa de lo que
acabo de explicar.
La inmensa mayoría de mis poemas son oscuros, de una profunda
pesadumbre, que obviamente reflejaban mi sentir al momento de escribirlos,
al leerlos no puedo evitar sentirme triste y no me parece buena idea andar
entristeciendo a otras personas, de los no tan tristes rescato este
que me gusta:
Acércate, necesito la luz de tu mirada,
con los ojos abiertos apenas veo.
Acércate, necesito esa cálida lumbre,
hace frío, estoy mojado y sopla el viento.
Acércate otra vez, necesito beber de tu claridad,
de ese níveo y puro elixir para renacer a la vida.
La noche es profunda dentro de mi,
Larga, gélida e interminable oscuridad.
Aletargado en lacónica bruma
camino en círculos entre opacas sombras.
cual distante estrella solitaria
a lo lejos se vislumbra tu luz,
te veo...
me miras...
AMANACE...